lunes, 29 de abril de 2013

La búsqueda del Zafiro azul: capítulo 2

Hola a todos mis lectores.
Lamento muchísimo la demora del capítulo, enserio lo lamento y espero que me perdonen.
Bueno, aquí les dejo el capítulo 2, es un capítulo emocionante y espero que les guste.
Por otro lado quería decirles que de las 231 visitas que he tenido, solo han habido 12 comentarios, así que por favor comenten, mientras más comentarios, más rápido escribiré y más sorpresas abran así que ¡¡COMENTEN!!
Bueno creo que no debería seguir molestando aquí les dejo el capítulo, además de un bello dibujo de Priem.


Capítulo 2: La caperucita roja me da consejos de amor.

Cuando llegamos a la carretera ya era de noche, los autos pasaban a una gran velocidad.
       -¿Y ahora qué? -le digo a Priem
De repente un auto paro. La mujer que conducía lo saludo, después nos dijo que subiéramos, me abrió la puerta y subí al auto. La mujer empezó a hablar en otro idioma con Priem, no les presto atención.
Miro para afuera, al bosque se ve hermoso, con sus árboles majestuoso. Entre ellos vi elfos que me saludaban, o me hacían una reverencia, yo les devolví el saludo.
       -Stephanie ella es Catherine, una amiga.
       -Hola –me dice ella con una sonrisa, su pelo café le llegaba hasta los hombros, sus ojos eran de un azul profundo, aparentaba los 20 años y su expresión era dulce. Me parecía conocida aunque no sabia de donde.
       -Hola –le conteste
       -Priem, deberías decirle a la niña quien soy, no vez que la pobre esta confundida.
       -Bueno… Stephanie haz escuchado la historia de la caperucita roja.
       -Emm… si –digo sin entender hacia donde va.
       -pues esa soy yo –dice ella con una risa.
       - ¿Así que eres la Caperucita roja? Guau, no puedes ser, siempre fuiste mi personaje favorito, esto es realmente raro.
       -Bueno deberás acostumbrarte, porque no soy la única que existe. –Pensé en cuantas historias que me contaban cuando chica y que esos personajes tal vez existieran.
Después de un rato Priem me dijo que debía dormir, y le hice caso. Empecé a cerrar los ojos, hasta quedarme completamente dormida.
Volví a soñar con las sirenas, me dijeron algo sobre una piedra y que tuviera mucho cuidado. Me desperté de un salto, seguíamos en el auto junto con Catherine.
        -Veo que despertaste –me dijo ella -¿Cómo dormiste?
       -Muy bien gracias –miro a Priem y notó que duerme -¿Hace cuánto se quedó dormido?
       -Hace una hora aproximadamente, estuvo toda la noche despierto, para protegerte –Me sonrojé –Oye niña, no creas que no te ve, se que te gusta –me sonrojé aun más –No quiero desilusionarte pero Priem es un elfo difícil de conseguir.
       -La verdad es que a mi no me importa eso. Además yo no espero gustarle a él.
       -Dilo no más, pero no te creo.
Después de un rato despertó. Nos saluda y le digo lo del sueño, paramos a comer a un restaurant, la comida era sencilla pero con un delicioso sabor.
Catherine me empezó a caer mejor, conversamos, escuchamos música. Todo iba muy bien pero “Él” lo arruino, mando parte de su ejercito (Un elefante mutante, 4 veces más grande que el auto) El elefante se tiro encima nuestro y el auto quedó aplastado. Catherine y Priem lograron salir, pero yo no reaccioné y quede atrapada en el auto.
La desesperación se estaba apoderando de mi. Sentía ruidos afuera pero nadie venia a rescatarme. Escuché gritos, y palabras extrañas que no entendía. Empecé a golpear la puerta, pero estaba atorada. De repente no escuché más ruidos, ¿qué estaba pasando a fuera? Necesitaba salir, seguí pateando la puerta. Pensé que tal vez el elefante los había matado, solo pensar en ello hizo que las lágrimas empezaran a salir. Me hago un ovillo, me estaba volviendo loca aquí adentro, tengo claustrofobia. El corazón me latía a 1000 por hora, quería salir, lo necesitaba. De repente la puerta se abre y alguien me da la mano, lo abrazo, su olor a bosque hace que me calme un poco:
       -¿Stephanie estas bien? –lo abracé con más fuerza -. Stephanie cálmate, no pasa nada –lo miré y deje de abrazarlo-. ¿Todo bien?
       -Si –dije con la voz ronca -¿Qué a pasado?
       -Bueno logramos vencerlo, Catherine esta buscando un lugar para pasar la noche.
Nos acomodamos en nuestro pequeño campamento en medio del bosque.
Ya de noche, Catherine se ofreció para vigilar. Priem se quedó dormido en seguida y yo después de varias vueltas lo logré, aunque después de un rato me desperté por una pesadilla, empecé a ver las estrella eran bellísimas. Desde casa no las puedo ver bien, pero aquí en medio de la nada se ven a la perfección.
       -¿Estas despierta? –preguntó Catherine.
       - Si –me levanté y me senté al lado de ella, que estaba junto al fuego.
Nos quedamos en un largo silencio, hasta que ella lo rompe:
       -¿Hace cuanto lo conoces? –me dijo mirando a Priem.
       -Emm… 2 días –ella se empieza a reír.
       -¿Y ya te gusta?
       -¡¡Yo no he dicho eso!!
       -Pero se te nota, ven déjame darte un par de consejos.
       -¿Por qué sabes tanto sobre él?
       -Salí con él hace unos… 6 años. Nada muy importante.
       -Ah… bueno ¿y me vas a dar los consejos?
       -Si, lo primero que debes saber es que a él le gustan las chicas aventureras y que les gusta el peligro, así que si sigues actuando como una niña chica tienes cero oportunidades. Segundo NO le mientas que o sino acabarás arruinándolo todo y tercero debes entenderlo, como ya te había dicho es un elfo difícil – la verdad es que a mi no me importaba no gustarle, lo acababa de conocer, además que oportunidades podría tener con un elfo de 1500 años de edad. Nos volvimos a quedar en un silencio absoluto, hasta que le digo.
       -Anda a dormir yo vigilo
       -Bueno si tanto insiste –se acuesta al lado de Priem y se queda dormida.
Sigo viendo las estrellas, me recuerdan a casa, a mi papá y mis hermanos. Pienso en mi mamá no la veo hace años, no se nada de ella. Se fue de la casa hace cinco años. Se que no a muerto, pero no se porque se fue, si éramos una familia feliz.
Las horas pasan volando, empieza a amanecer y Priem se despierta y decide ir a cazar algo. Cuando vuelve viene con unas ardillas, y creo que no se siente muy contento por haber tenido que matarlas.
Empezamos a comer, por la posición del sol deben ser las once o doce.
Catherine que seguía durmiendo se despertó con el olor a ardillas asadas y se nos unió, comimos en silencio, no se si por que teníamos hambre o porque no teníamos tema de conversación.
Estuvimos caminando hacia el norte el día entero, me obligue a mi misma a no mirar a Priem para que ella se diera cuenta de que no me importaba.
Al anochecer logramos divisar un pequeña cabaña, ella sonrió y los dos se miraron. Catherine entró en la pequeña cabaña y saludo a alguien:
       -Vengan entren.
La casa estaba a una temperatura tan agradable. Dentro vivía una mujer mayor, era fácil saber quien era, ya que tenían un gran parecido. La abuela de Catherine nos dio una sopa muy rica, después de eso fuimos a dormir.
Esa noche soñé con Lunaria, la hada que me había mostrado el fabuloso mundo del bosque, la extrañaba mucho, ya que me recuerda a mi madre, su forma de ser y hablar. También soñé con las estrellas, en el cielo se formaba la cara de mi mamá, me saludaba y me decía cuanto me quería, de cuanto quería verme. Desperté llorando, era de noche y había un silencio absoluto, decidí salir para afuera a tomar aire, subí a un árbol para poder ver mejor el cielo, empecé a gritar su nombre:
       -¡¡Lunaria!! ¡¡Si me escuchas ven!! –grité más fuerte- ¡¡LUNARIA!! –creí que ya no tenia esperanzas pero una suave voz me hablo.
       -Hola Stephanie, que bueno que me necesites.
       -Lunaria –ella sonrió de oreja a oreja, la agarré entre mis manos y bajé del árbol. Entramos a la casa y me volví a acostar.
Cuando desperté la abuelita ya estaba despierta y junto con Catherine preparaban el desayuno. A Priem no lo vi, hasta que entró en la casa y saludo a la hadita.

***

 Cuando termine de darme una ducha, volvimos a nuestro viaje Lunaria, Priem y yo.
       -Esta mañana descubrí que no nos queda mucho, ¡Llegaremos hoy! –dijo él alegre.
El día estuvo tranquilo, alegre y armonioso, conversamos y reímos. Eran un poco más de las siete de la tarde cuando llegamos, era un lugar hermoso, había un enorme, viejo y bello sauce llorón, las hojas tocaban las cristalinas aguas, no logré ver ningún pez, pero lo que si vi fueron piedras, muchas piedras de todos los tamaños, grandes, chicas, medianas y de una gran variedad de colores, el lugar estaba lleno de pájaros que rodeaban el sector y cantaban.
Lunaria investigo el lugar y Priem acomodo nuestras cosas.
      -¿Y ahora qué?
      -No lo sé –dijo Priem, mientras encendía una fogata -¿qué recuerdas del sueño? Tal vez nos sirva de algo.
      -Las sirenas y la piedra azul.
      -¡La piedra azul! Metete en el agua y saca todas las que veas –me dice Priem cuando logra prender la hoguera.
      -¿Y por qué yo?
      -Porque tu dijiste que hacías natación
      -Pero yo…
      -¡Metete en el agua, ahora! –me dijo levantándose de un salto.
Entonces me tiré un piquero y me zambullí y caí en las aguas cristalinas.
Debajo veía a la perfección, de repente en el fondo del lago divisé una piedra azul, salí a la superficie tomé aire y bajé hasta las profundidades, logré agarrar la piedra, pero era una trampa, el lago me empezó a succionarme, ya no me quedaba más aire y caí en un pozo. Toda el agua caía en sima mío, hasta que logré notar que en mi lado derecho había una pequeña puerta, la abrí y me encontré con unas escaleras, subí hasta ellas y llegue a un pasadizo, al lado de la muralla había una madera que puse en el suelo, para taparlo, unos metros más allá logre ver el pozo y como el agua caía en él, empecé a caminar para buscar una salida, alguien a lo lejos me llamo:
      -Stephanie –la voz que me llamaba me hacia sentir un escalofrío, era grave, lejana, pero sonaba fuerte y peligrosa.
      -¿Hay alguien aquí?
      -Stephanie, Stephanie, ven, ven a mi.
Lo ultimo que vi fue el suelo y sentí como me dolía el golpe en la cabeza.

******

Después de un largo rato o eso creo, desperté, me encontraba atrapada en una muralla con cadenas pegadas al muro, en mis brazos y torso, piernas no.
Tenia un terrible dolor de cabeza y me costaba entender lo que estaba pasando. En la habitación que me encontraba, pintada toda de rojo, naranjo y amarillo, habían dos personas, un hombre de unos 30 años y una mujer de unos 25 años más o menos, vestían igual con un traje gris, con la única diferencia que el hombre ocupaba pantalón y la mujer falda.
       -No entiendo porque el señor no prefiere matarla y punto –pregunta la mujer.
      -No sé, pero sigamos con las ordenes –De repente me vieron despierta –Oh la elegida despertó, hemos de volver a hacerla dormir –saco una jeringa, que contenía un extraño  liquido celeste que brillaba. Empecé a gritar ayuda, aunque sabía que era inútil. Cuando el hombre estaba a menos de un metro mío, estire las piernas y le pegué, hasta que calló al lado mío, votando el asqueroso liquido celeste y dejando caer las llaves a centímetros de mis pies, como estaba descalza, lo agarre con mis dedos, doble el pie lo más que pude hasta dejar las llaves al lado de mis manos, para ser sincera, no sé como lo hice pero logre sacarme las cadenas, estaba realmente desesperada, y cuando uno se siente así, logra hacer lo que quiere. Salí corriendo hacia la puerta, pero justo antes de salir la mujer, que había ido a buscar algo, llegó y me atacó. Empezamos a combatir, la empujé hacia unas cajas y salí de esa espantosa habitación, corrí por el, mientras la mujer me perseguía, fui lo más rápido que podía, hasta que llegue al pozo, me subí al borde del, y intente aferrarme al borde del lago, el cual seguía botando agua y eso me sorprendió bastante ya qué el lago no se vaciaba. Llegar a la superficie fue todo un reto, la corriente me empujaba, pero yo seguí, cuando lo logré estaba muriéndome, ya no me quedaba aire, y me dolía todo, además del fuerte golpe en la cabeza, creí que me hundiría y moriría ahogada. Por suerte Priem se lanzó al agua y me sacó de ella, y me dejo en la orilla, todavía me costaba respirar.
       -¿Qué paso? ¿Por qué demoraste tanto? ¿Tienes la piedra? –dijo él eufórico.
       -Estoy bien, gracias.
       -Lo siento, solo es que estoy preocupado, te haz demorado mucho y pensé que te había pasado algo y me he preocupado mucho.
       -Siento mucho que me allá demorado mucho, solo es que, me han atacado un par de secuaces de “Él”.
       -¿Y tienes la piedra?-Le iba decir que no, hasta que me doy cuenta que la tuve todo el día en mi mano. -La tienes ¡es hermosa! Es un Zafiro azul.
       -¿Y de que servirá un Zafiro azul? –Preguntó Lunaria.
       -Bueno, creo que yo sé -dijo Priem –los pueblos antiguas  cuentan leyendas, que cuando alguien de la tribu, nacía sin visión les daban un pequeño pedazo de piedra azul y después de eso podían ver. También cuentan que cuando una persona que si ve y come un pedazo, los ojos se le abren así otro mundo, logran ver distintas dimensiones, que es en el caso de los Elegidos –me miró directamente a los ojos, y después continuo –He escuchado que una vez un hombre lo intentó, lo logro, dijo ver muchas cosas distintas y después de unos meses, perdió la cordura, nadie sabe que fue realmente lo que le paso.
Pero son solo leyendas y rumores, así que no estoy tan seguro de que funcione ¿O tal vez si?
       -¿Pero de qué serviría?
       -Tal vez para que alguien pueda ayudarte a combatir con “Él” –respondió Lunaria- Y ese debe ser Priem –Por una estúpida razón me sonrojé, aun que sabía que no podría combatir sola.
       -Bueno, si fuera Priem, quien debe tomársela ¿cómo se la va a comer?
       -La romperemos en pequeños pedazos, y creo que eso bastará.
Así que me dirijo al agua, para sacar otra piedra, que sea dura y capaz de romper el Zafiro, meto la mano en el agua, y justo cuando estoy en contacto con ella me viene una visión, son las Sirenas y me susurran <<Ten mucho cuidado>> me mareó y cierro los ojos, una mano grande y fría me toca el hombro, me giró bruscamente y él esta frente a mi. Su capa negra le tapa los ojos:
       -Dame la piedra, Stephanie –me dice “Él”
       -Nunca –intento decirlo sin temor, pero estoy realmente asustada.
       -Dámela, o quieres que tu amiguito muera cuando se la coma.
       -Eso no va a pasar –digo pero no me siento tan convencida.
       -¿Segura? No lo pareces –se acerco hacía mi.
       -¡¡¡Ándate!!! –grité lo más fuerte posible, mire a mis amigos, ninguno notaba lo que pasaba.
       -Dame la piedra y te dejaré en paz, solo dámela Stephanie.
       -Nunca, te la daría –“Él” sonríe, sus dientes afilados y su lengua negra me dieron mucho asco. Cerré los ojos para no ver esa horrible sonrisa, cuando los abrí me encontraba al lado del lago, como si nada hubiese pasado.
       -Stephanie ¿listo? –era la dulce y melodiosa voz de Priem.
       -No la logro romper –digo girándome y allí estaba él, sonriendo de oreja a oreja, y eso solo hizo que yo también sonriera.
Le pase las piedras a Priem y él las empezó a golpiar varias veces entre si. Hasta que lo logró y en el suelo quedaron 3 pedazos de
 Zafiro de unos 2 centímetros cada uno. Él tomo uno y cuando se la iba a meter a la boca…
       -¡¡No lo hagas!! –grité parándolo.
       -¿Qué pasa Stephanie?
       -No lo hagas por favor, podré hacerlo sola.
       -Es mi deber, protegerte, debo hacerlo, no pasara nada –Sin que yo hubiese podido detenerlo, se la mete a la boca y se la traga. Pone una cara de asco y con Lunaria nos matamos de la risa y él igual.
       -Que asco, sabe horrible –nos seguimos riendo, al parecer “Él” no tenia razón.

Priem vigila y Lunaria y yo dormimos. Después de un rato despierto por una pesadilla. Me levanto y me siento junto a Priem, quien esta sentado en una roca lanzado otras más pequeñas al agua.
       -No deberías dormir –me dice el sin ni siquiera mirarme
       - Si, pero no quiero. Él que debería dormir eres tu ¿No tienes sueño?
       -Los elfos dormimos por placer, nunca nos da sueño, podríamos estar despiertos toda una semana, sin estar cansados, pero si dormimos, lo hacemos muy profundo –me responde y lanza otra piedra.
       -Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?  
       -Claro
       -¿Es posible que “Él”, haya hablado conmigo?
       -No lo sé, ¿Por qué, qué te dijo?
       -Nada muy importante –lo miró a los ojos -Me pidió el Zafiro y dijo que si la comías, morirías.
      -¿Por eso estabas tan preocupada?
      -Si, no quiero que te pase nada –bajó la cabeza un tanto avergonzada por lo que acababa de decir era Priem, era mil veces más valiente que yo.
       -¿Sabes algo? El que realmente esta preocupado soy yo –me levantó la cabeza; me miro, sus ojos brillaban. Después algo inesperado, algo que nunca jamás hubiese imaginado, me dejo realmente ¡PLOP!
Él se acercó a mi y me dio un beso. Fue corto, si, pero para mi fue eterno, todo lo que existía a mi alrededor desapareció por completo, solo estábamos él, yo y nuestro dulce beso.
En ese momento gritaba como loca dentro de mi, pero por fuera estaba totalmente en shock. Cuando nuestro hermoso y tierno beso termino, Me pongo SUPERROJISMA. Nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente. 
Hasta que al fin el me dice que debo aprender a usar la magia, que me servirá de mucho.
       -¿Magia? Wow fantástico.
       -Bueno, la magia es difícil de aprender, en general para ser super bueno debes estudiarla durante siglos, pero la más simple es la de los elementos… Agua, Fuego, Aire y Tierra, son los básicos y los más fáciles de aprender.
Pasamos toda la noche practicando, convocando elementos, atacando con elementos y a la mañana siguiente soy experta en la magia elemental.

Fer <3


5 comentarios:

  1. Me FASINA tu libro llamado el zafiro azul.
    Porfa sube el tercer capitulo.

    besos anto t

    ResponderBorrar
  2. Estoy muy interesada en tus libros.
    Sigue escribiendo.

    muchos besos y abrazos anto t

    ResponderBorrar
  3. Una preguntita,bueno 2 como te inspiras y
    cada cuanto subes cosas nuevas

    ResponderBorrar
  4. Esta muy bueno(sin ofender) fer me encanta tu libro sube rapido el proximo capitulo ♥♡♥♡♥♡♥♡♥■
    Salu2 desde Chile ame

    ResponderBorrar
  5. Estan muy buenos los capitulos espero q subas pronto el otro:)

    ResponderBorrar