Lamento muchísimo la demora del capítulo, enserio lo lamento y espero que me perdonen.
Bueno, aquí les dejo el capítulo 2, es un capítulo emocionante y espero que les guste.
Por otro lado quería decirles que de las 231 visitas que he tenido, solo han habido 12 comentarios, así que por favor comenten, mientras más comentarios, más rápido escribiré y más sorpresas abran así que ¡¡COMENTEN!!
Bueno creo que no debería seguir molestando aquí les dejo el capítulo, además de un bello dibujo de Priem.
Capítulo 2: La caperucita roja me da consejos de amor.
Cuando llegamos a la
carretera ya era de noche, los autos pasaban a una gran velocidad.
-¿Y ahora qué? -le digo a Priem
De repente un auto paro. La
mujer que conducía lo saludo, después nos dijo que subiéramos, me abrió la
puerta y subí al auto. La mujer empezó a hablar en otro idioma con Priem, no
les presto atención.
Miro para afuera, al bosque
se ve hermoso, con sus árboles majestuoso. Entre ellos vi elfos que me
saludaban, o me hacían una reverencia, yo les devolví el saludo.
-Stephanie ella es Catherine, una amiga.
-Hola –me dice ella con una sonrisa, su
pelo café le llegaba hasta los hombros, sus ojos eran de un azul profundo,
aparentaba los 20 años y su expresión era dulce. Me parecía conocida aunque no
sabia de donde.
-Hola –le conteste
-Priem, deberías decirle a la niña quien
soy, no vez que la pobre esta confundida.
-Bueno… Stephanie haz escuchado la
historia de la caperucita roja.
-Emm… si –digo sin entender hacia donde
va.
-pues esa soy yo –dice ella con una
risa.
- ¿Así que eres la Caperucita roja?
Guau, no puedes ser, siempre fuiste mi personaje favorito, esto es realmente
raro.
-Bueno deberás acostumbrarte, porque no
soy la única que existe. –Pensé en cuantas historias que me contaban cuando
chica y que esos personajes tal vez existieran.
Después de un rato Priem me dijo
que debía dormir, y le hice caso. Empecé a cerrar los ojos, hasta quedarme
completamente dormida.
Volví a soñar con las
sirenas, me dijeron algo sobre una piedra y que tuviera mucho cuidado. Me
desperté de un salto, seguíamos en el auto junto con Catherine.
-Veo que despertaste –me dijo ella
-¿Cómo dormiste?
-Muy bien gracias –miro a Priem y notó
que duerme -¿Hace cuánto se quedó dormido?
-Hace una hora aproximadamente, estuvo
toda la noche despierto, para protegerte –Me sonrojé –Oye niña, no creas que no
te ve, se que te gusta –me sonrojé aun más –No quiero desilusionarte pero Priem
es un elfo difícil de conseguir.
-La verdad es que a mi no me importa
eso. Además yo no espero gustarle a él.
-Dilo no más, pero no te creo.
Después de un rato despertó.
Nos saluda y le digo lo del sueño, paramos a comer a un restaurant, la comida
era sencilla pero con un delicioso sabor.
Catherine me empezó a caer
mejor, conversamos, escuchamos música. Todo iba muy bien pero “Él” lo arruino,
mando parte de su ejercito (Un elefante mutante, 4 veces más grande que el auto)
El elefante se tiro encima nuestro y el auto quedó aplastado. Catherine y Priem
lograron salir, pero yo no reaccioné y quede atrapada en el auto.
La desesperación se estaba
apoderando de mi. Sentía ruidos afuera pero nadie venia a rescatarme. Escuché
gritos, y palabras extrañas que no entendía. Empecé a golpear la puerta, pero
estaba atorada. De repente no escuché más ruidos, ¿qué estaba pasando a fuera?
Necesitaba salir, seguí pateando la puerta. Pensé que tal vez el elefante los
había matado, solo pensar en ello hizo que las lágrimas empezaran a salir. Me
hago un ovillo, me estaba volviendo loca aquí adentro, tengo claustrofobia. El
corazón me latía a 1000 por hora, quería salir, lo necesitaba. De repente la
puerta se abre y alguien me da la mano, lo abrazo, su olor a bosque hace que me
calme un poco:
-¿Stephanie estas bien? –lo abracé con
más fuerza -. Stephanie cálmate, no pasa nada –lo miré y deje de abrazarlo-. ¿Todo
bien?
-Si –dije con la voz ronca -¿Qué a
pasado?
-Bueno logramos vencerlo, Catherine esta
buscando un lugar para pasar la noche.
Nos acomodamos en nuestro
pequeño campamento en medio del bosque.
Ya de noche, Catherine se
ofreció para vigilar. Priem se quedó dormido en seguida y yo después de varias
vueltas lo logré, aunque después de un rato me desperté por una pesadilla,
empecé a ver las estrella eran bellísimas. Desde casa no las puedo ver bien,
pero aquí en medio de la nada se ven a la perfección.
-¿Estas despierta? –preguntó Catherine.
- Si –me levanté y me senté al lado de
ella, que estaba junto al fuego.
Nos quedamos en un largo
silencio, hasta que ella lo rompe:
-¿Hace cuanto lo conoces? –me dijo
mirando a Priem.
-Emm… 2 días –ella se empieza a reír.
-¿Y ya te gusta?
-¡¡Yo no he dicho eso!!
-Pero se te nota, ven déjame darte un
par de consejos.
-¿Por qué sabes tanto sobre él?
-Salí con él hace unos… 6 años. Nada muy
importante.
-Ah…
bueno ¿y me vas a dar los consejos?
-Si,
lo primero que debes saber es que a él le gustan las chicas aventureras y que
les gusta el peligro, así que si sigues actuando como una niña chica tienes
cero oportunidades. Segundo NO le mientas que o sino acabarás arruinándolo todo
y tercero debes entenderlo, como ya te había dicho es un elfo difícil – la
verdad es que a mi no me importaba no gustarle, lo acababa de conocer, además
que oportunidades podría tener con un elfo de 1500 años de edad. Nos volvimos a
quedar en un silencio absoluto, hasta que le digo.
-Anda a dormir yo vigilo
-Bueno si tanto insiste –se acuesta al
lado de Priem y se queda dormida.
Sigo viendo las estrellas, me
recuerdan a casa, a mi papá y mis hermanos. Pienso en mi mamá no la veo hace
años, no se nada de ella. Se fue de la casa hace cinco años. Se que no a
muerto, pero no se porque se fue, si éramos una familia feliz.
Las horas pasan volando,
empieza a amanecer y Priem se despierta y decide ir a cazar algo. Cuando vuelve
viene con unas ardillas, y creo que no se siente muy contento por haber tenido
que matarlas.
Empezamos a comer, por la
posición del sol deben ser las once o doce.
Catherine que seguía
durmiendo se despertó con el olor a ardillas asadas y se nos unió, comimos en
silencio, no se si por que teníamos hambre o porque no teníamos tema de
conversación.
Estuvimos caminando hacia el
norte el día entero, me obligue a mi misma a no mirar a Priem para que ella se
diera cuenta de que no me importaba.
Al anochecer logramos divisar
un pequeña cabaña, ella sonrió y los dos se miraron. Catherine entró en la
pequeña cabaña y saludo a alguien:
-Vengan entren.
La casa estaba a una
temperatura tan agradable. Dentro vivía una mujer mayor, era fácil saber quien
era, ya que tenían un gran parecido. La abuela de Catherine nos dio una sopa
muy rica, después de eso fuimos a dormir.
Esa noche soñé con Lunaria,
la hada que me había mostrado el fabuloso mundo del bosque, la extrañaba mucho,
ya que me recuerda a mi madre, su forma de ser y hablar. También soñé con las
estrellas, en el cielo se formaba la cara de mi mamá, me saludaba y me decía
cuanto me quería, de cuanto quería verme. Desperté llorando, era de noche y
había un silencio absoluto, decidí salir para afuera a tomar aire, subí a un
árbol para poder ver mejor el cielo, empecé a gritar su nombre:
-¡¡Lunaria!! ¡¡Si me escuchas ven!!
–grité más fuerte- ¡¡LUNARIA!! –creí que ya no tenia esperanzas pero una suave
voz me hablo.
-Hola Stephanie, que bueno que me
necesites.
-Lunaria –ella sonrió de oreja a oreja,
la agarré entre mis manos y bajé del árbol. Entramos a la casa y me volví a
acostar.
Cuando desperté la abuelita
ya estaba despierta y junto con Catherine preparaban el desayuno. A Priem no lo
vi, hasta que entró en la casa y saludo a la hadita.
***
Cuando termine de darme una ducha, volvimos a
nuestro viaje Lunaria, Priem y yo.
-Esta mañana descubrí que no nos queda
mucho, ¡Llegaremos hoy! –dijo él alegre.
El día estuvo tranquilo,
alegre y armonioso, conversamos y reímos. Eran un poco más de las siete de la
tarde cuando llegamos, era un lugar hermoso, había un enorme, viejo y bello
sauce llorón, las hojas tocaban las cristalinas aguas, no logré ver ningún pez,
pero lo que si vi fueron piedras, muchas piedras de todos los tamaños, grandes,
chicas, medianas y de una gran variedad de colores, el lugar estaba lleno de
pájaros que rodeaban el sector y cantaban.
Lunaria investigo el lugar y
Priem acomodo nuestras cosas.
-¿Y ahora qué?
-No lo sé –dijo Priem, mientras encendía
una fogata -¿qué recuerdas del sueño? Tal vez nos sirva de algo.
-Las sirenas y la piedra azul.
-¡La piedra azul! Metete en el agua y
saca todas las que veas –me dice Priem cuando logra prender la hoguera.
-¿Y por qué yo?
-Porque tu dijiste que hacías natación
-Pero yo…
-¡Metete en el agua, ahora! –me dijo
levantándose de un salto.
Entonces me tiré un piquero y
me zambullí y caí en las aguas cristalinas.
Debajo veía a la perfección,
de repente en el fondo del lago divisé una piedra azul, salí a la superficie
tomé aire y bajé hasta las profundidades, logré agarrar la piedra, pero era una
trampa, el lago me empezó a succionarme, ya no me quedaba más aire y caí en un
pozo. Toda el agua caía en sima mío, hasta que logré notar que en mi lado
derecho había una pequeña puerta, la abrí y me encontré con unas escaleras,
subí hasta ellas y llegue a un pasadizo, al lado de la muralla había una madera
que puse en el suelo, para taparlo, unos metros más allá logre ver el pozo y
como el agua caía en él, empecé a caminar para buscar una salida, alguien a lo
lejos me llamo:
-Stephanie –la voz que me llamaba me
hacia sentir un escalofrío, era grave, lejana, pero sonaba fuerte y peligrosa.
-¿Hay alguien aquí?
-Stephanie, Stephanie, ven, ven a mi.
Lo ultimo que vi fue el suelo
y sentí como me dolía el golpe en la cabeza.
******
Después de un largo rato o
eso creo, desperté, me encontraba atrapada en una muralla con cadenas pegadas
al muro, en mis brazos y torso, piernas no.
Tenia un terrible dolor de
cabeza y me costaba entender lo que estaba pasando. En la habitación que me
encontraba, pintada toda de rojo, naranjo y amarillo, habían dos personas, un
hombre de unos 30 años y una mujer de unos 25 años más o menos, vestían igual
con un traje gris, con la única diferencia que el hombre ocupaba pantalón y la
mujer falda.
-No entiendo porque el señor no prefiere
matarla y punto –pregunta la mujer.
-No sé, pero sigamos con las ordenes –De
repente me vieron despierta –Oh la elegida despertó, hemos de volver a hacerla
dormir –saco una jeringa, que contenía un extraño liquido celeste que brillaba. Empecé a gritar
ayuda, aunque sabía que era inútil. Cuando el hombre estaba a menos de un metro
mío, estire las piernas y le pegué, hasta que calló al lado mío, votando el
asqueroso liquido celeste y dejando caer las llaves a centímetros de mis pies,
como estaba descalza, lo agarre con mis dedos, doble el pie lo más que pude
hasta dejar las llaves al lado de mis manos, para ser sincera, no sé como lo
hice pero logre sacarme las cadenas, estaba realmente desesperada, y cuando uno
se siente así, logra hacer lo que quiere. Salí corriendo hacia la puerta, pero
justo antes de salir la mujer, que había ido a buscar algo, llegó y me atacó.
Empezamos a combatir, la empujé hacia unas cajas y salí de esa espantosa
habitación, corrí por el, mientras la mujer me perseguía, fui lo más rápido que
podía, hasta que llegue al pozo, me subí al borde del, y intente aferrarme al
borde del lago, el cual seguía botando agua y eso me sorprendió bastante ya qué
el lago no se vaciaba. Llegar a la superficie fue todo un reto, la corriente me
empujaba, pero yo seguí, cuando lo logré estaba muriéndome, ya no me quedaba
aire, y me dolía todo, además del fuerte golpe en la cabeza, creí que me
hundiría y moriría ahogada. Por suerte Priem se lanzó al agua y me sacó de
ella, y me dejo en la orilla, todavía me costaba respirar.
-¿Qué paso? ¿Por qué demoraste tanto?
¿Tienes la piedra? –dijo él eufórico.
-Estoy bien, gracias.
-Lo siento, solo es que estoy
preocupado, te haz demorado mucho y pensé que te había pasado algo y me he
preocupado mucho.
-Siento mucho que me allá demorado mucho,
solo es que, me han atacado un par de secuaces de “Él”.
-¿Y tienes la piedra?-Le iba decir que
no, hasta que me doy cuenta que la tuve todo el día en mi mano. -La tienes ¡es
hermosa! Es un Zafiro azul.
-¿Y de que servirá un Zafiro azul? –Preguntó
Lunaria.
-Bueno, creo que yo sé -dijo Priem –los
pueblos antiguas cuentan leyendas, que
cuando alguien de la tribu, nacía sin visión les daban un pequeño pedazo de
piedra azul y después de eso podían ver. También cuentan que cuando una persona
que si ve y come un pedazo, los ojos se le abren así otro mundo, logran ver
distintas dimensiones, que es en el caso de los Elegidos –me miró directamente
a los ojos, y después continuo –He escuchado que una vez un hombre lo intentó,
lo logro, dijo ver muchas cosas distintas y después de unos meses, perdió la
cordura, nadie sabe que fue realmente lo que le paso.
Pero son solo leyendas y
rumores, así que no estoy tan seguro de que funcione ¿O tal vez si?
-¿Pero de qué serviría?
-Tal vez para que alguien pueda ayudarte
a combatir con “Él” –respondió Lunaria- Y ese debe ser Priem –Por una estúpida
razón me sonrojé, aun que sabía que no podría combatir sola.
-Bueno, si fuera Priem, quien debe
tomársela ¿cómo se la va a comer?
-La romperemos en pequeños pedazos, y creo
que eso bastará.
Así que me dirijo al agua,
para sacar otra piedra, que sea dura y capaz de romper el Zafiro, meto la mano
en el agua, y justo cuando estoy en contacto con ella me viene una visión, son
las Sirenas y me susurran <<Ten mucho cuidado>> me mareó y cierro
los ojos, una mano grande y fría me toca el hombro, me giró bruscamente y él
esta frente a mi. Su capa negra le tapa los ojos:
-Dame la piedra, Stephanie –me dice “Él”
-Nunca –intento decirlo sin temor, pero
estoy realmente asustada.
-Dámela, o quieres que tu amiguito muera
cuando se la coma.
-Eso no va a pasar –digo pero no me
siento tan convencida.
-¿Segura? No lo pareces –se acerco hacía
mi.
-¡¡¡Ándate!!! –grité lo más fuerte
posible, mire a mis amigos, ninguno notaba lo que pasaba.
-Dame la piedra y te dejaré en paz, solo
dámela Stephanie.
-Nunca, te la daría –“Él” sonríe, sus
dientes afilados y su lengua negra me dieron mucho asco. Cerré los ojos para no
ver esa horrible sonrisa, cuando los abrí me encontraba al lado del lago, como
si nada hubiese pasado.
-Stephanie ¿listo? –era la dulce y
melodiosa voz de Priem.
-No la logro romper –digo girándome y
allí estaba él, sonriendo de oreja a oreja, y eso solo hizo que yo también
sonriera.
Le pase las piedras a Priem y
él las empezó a golpiar varias veces entre si. Hasta que lo logró y en el suelo
quedaron 3 pedazos de
Zafiro de unos 2 centímetros cada uno. Él tomo
uno y cuando se la iba a meter a la boca…
-¡¡No lo hagas!! –grité parándolo.
-¿Qué pasa Stephanie?
-No lo hagas por favor, podré hacerlo
sola.
-Es mi deber, protegerte, debo hacerlo,
no pasara nada –Sin que yo hubiese podido detenerlo, se la mete a la boca y se
la traga. Pone una cara de asco y con Lunaria nos matamos de la risa y él
igual.
-Que asco, sabe horrible –nos seguimos
riendo, al parecer “Él” no tenia razón.
Priem vigila y Lunaria y yo
dormimos. Después de un rato despierto por una pesadilla. Me levanto y me
siento junto a Priem, quien esta sentado en una roca lanzado otras más pequeñas
al agua.
-No deberías dormir –me dice el sin ni
siquiera mirarme
- Si, pero no quiero. Él que debería
dormir eres tu ¿No tienes sueño?
-Los elfos dormimos por placer, nunca
nos da sueño, podríamos estar despiertos toda una semana, sin estar cansados,
pero si dormimos, lo hacemos muy profundo –me responde y lanza otra piedra.
-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro
-¿Es posible que “Él”, haya hablado
conmigo?
-No lo sé, ¿Por qué, qué te dijo?
-Nada muy importante –lo miró a los ojos
-Me pidió el Zafiro y dijo que si la comías, morirías.
-¿Por eso estabas tan preocupada?
-Si, no quiero que te pase nada –bajó la
cabeza un tanto avergonzada por lo que acababa de decir era Priem, era mil
veces más valiente que yo.
-¿Sabes algo? El que realmente esta
preocupado soy yo –me levantó la cabeza; me miro, sus ojos brillaban. Después algo
inesperado, algo que nunca jamás hubiese imaginado, me dejo realmente ¡PLOP!
Él se acercó a mi y me dio un
beso. Fue corto, si, pero para mi fue eterno, todo lo que existía a mi
alrededor desapareció por completo, solo estábamos él, yo y nuestro dulce beso.
En ese momento gritaba como
loca dentro de mi, pero por fuera estaba totalmente en shock. Cuando nuestro
hermoso y tierno beso termino, Me pongo SUPERROJISMA. Nos quedamos en silencio,
mirándonos fijamente.
Hasta que al fin el me dice
que debo aprender a usar la magia, que me servirá de mucho.
-¿Magia? Wow fantástico.
-Bueno, la magia es difícil de aprender,
en general para ser super bueno debes estudiarla durante siglos, pero la más
simple es la de los elementos… Agua, Fuego, Aire y Tierra, son los básicos y
los más fáciles de aprender.
Pasamos toda la noche
practicando, convocando elementos, atacando con elementos y a la mañana
siguiente soy experta en la magia elemental.
Fer <3
Me FASINA tu libro llamado el zafiro azul.
ResponderBorrarPorfa sube el tercer capitulo.
besos anto t
Estoy muy interesada en tus libros.
ResponderBorrarSigue escribiendo.
muchos besos y abrazos anto t
Una preguntita,bueno 2 como te inspiras y
ResponderBorrarcada cuanto subes cosas nuevas
Esta muy bueno(sin ofender) fer me encanta tu libro sube rapido el proximo capitulo ♥♡♥♡♥♡♥♡♥■
ResponderBorrarSalu2 desde Chile ame
Estan muy buenos los capitulos espero q subas pronto el otro:)
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